domingo, 27 de diciembre de 2015

El café de los corazones rotos

Frases y reflexiones sobre el libro "El café de los corazones rotos"

La madre de Dell Haley siempre decía que había dos cosas de las que un hombre nunca se hartaba: un buen plato y un buen abrazo. Dell es una artista en la cocina, por lo que lo primero esta asegurado. En cuanto a los abrazos, su olfato le dice que esta recibiendo una buena ración de ellos fuera de casa. Y entonces el aparece muerto. Sin dinero ni estudios, Dell se aferra a lo único que nunca le ha fallado: su habilidad culinaria. Lo arriesga todo para abrir una cafetería en un restaurante abandonado. Para su sorpresa, el Heartbreak Cafe se convierte en un centro neurálgico del pueblo, y le depara algunos amigos muy peculiares. Dell se pregunta en cual de ellos puede confiar para que la ayude a encontrar la verdad que se esconde detrás de su corazón roto...  



 ̶  Sácales partido a tus habilidades.
̶  ¿Y eso qué quiere decir? –quise saber-. ¿Es que no me has escuchado? No tengo ninguna habilidad especial. No tengo una licenciatura, soy demasiado vieja para un trabajo físico y…
̶  Sácales partido a tus habilidades –repitió. Cogió otra empanadilla, me saludó con ella y le dio un mordisco-.  Mmmm. Buenísima. Dell Haley, eres sin lugar a dudas la mejor cocinera al este del Misisipí y de todo el Sur.
Y, tal como Boone sabía que pasaría, por fin lo entendí.


̶  No mires con los ojos –me dijo-.  Mira con el corazón. Mira con la imaginación. Mira con el alma.

̶  Arriésgate y comprueba hasta dónde eres capaz de llegar.

̶  Nada unía a la gente como una buena catástrofe.

̶  Cuando la marea cambia, tienes que confiar en tu instinto.

̶  Lo que sabes que debes hacer y lo que puedes hacer son en realidad dos cosas muy diferentes.

̶  La gente tenía que lidiar con la pena a su manera.

̶ Las apariencias no son importantes. Todo el mundo tiene algún secreto que ocultar, algo a lo que enfrentarse.

̶  Cuando lo estás pasando mal, cuando sufres, cuando la ida te da un revés, la gente siempre intenta consolarte diciéndote que el tiempo lo cura todo. Mentira. El tiempo no cura nada. Lo que cuenta es lo que hagas con ese tiempo.

̶  Toda mujer necesitaba una habitación para su uso personal, un lugar donde escribir, pensar y descubrirse a sí misma.

̶  A lo mejor este vuelco que ha dado tu vida te da la oportunidad de hacer lo que siempre has deseado hacer.

̶  ¡Hija mía, las cosas nunca son fáciles! –exclamé-.
Y nunca se presentan como las habías imaginado.


̶  A veces la gente nos defrauda. Sufrimos un tiempo. A lo mejor durante mucho tiempo. Y después, poco a poco, empezamos a perdonas.
̶  No sé perdonar.
Me miró a los ojos.
̶  Nadie sabe. Lo que hay que hacer es levantarse por las mañanas y poner un pie delante del otro. Dar un paso tras otro, dejar que las heridas cicatricen hasta encontrar la fuerza para enterrar el pasado.


̶  Nunca debía condenar a nadie a menos que escuchara a dos testigos.

̶  No se trata del resultado final.

̶  No hay una forma correcta. Estás sintiendo algo, algo que no te gusta.

̶  Descubrir el lado oscuro que tenías dentro, esos lugares sombríos que no querías visitar. Pero tenías que hacerlo si querías mejorar. Tenías que llevar la luz a esos sitios y ver qué se escondía en sus rincones. Tenía que explorar la burbuja, aunque lo pusiera todo perdido. Tenías que trabar amistad con este lado oscuro.

̶  Una vez que sabes que hay algo esperándote en ese lado oscuro, ese algo te atormentará hasta que te des la vuelta y lo mires a los ojos.

̶  Todo lo que pintes representa algo sobre ti, algo procedente de tu interior.

̶  Estaban tendidos sobre el abismo, tomados de las manos y de los pies.
Formaban una cadena humana a modo de puente sobre el abismo. Un puente de amigos y seres queridos que me ayudaban a salir de la oscuridad hacia la luz.


̶  Quizá necesitara más para poder sobrevivir sin perder su alma en el proceso.

̶  Las confesiones serán estupendas para el alma, pero para el cuerpo son terribles.

̶  Sólo buscó consuelo allí donde se lo ofrecían.

̶  Algunas cosas son demasiado valiosas o demasiado dolorosas como para contarlas.
Es una lección que me ha costado aprender. Algunos regalos, algunas penas y algunos recuerdos calan demasiado hondo como para expresarlos con palabras, nos acercan demasiado a las lágrimas.


̶  Cuando formas parte de una familia (marido o mujer, hermanos y hermanas, tíos y tías, primos y amigos), no te paras a pensar en lo duros que son esos días para la gente que no tiene a nadie. No te paras a pensar en el viudo solitario que deambula por su casa vacía mientras se come un sándwich de pavo e intenta distraerse con el partido de fútbol del turno. No te paras a pensar en el divorciado con la vida destrozada que intenta día a día no sumirse en la tristeza. No te paras a pensar en la anciana que vive de su pensión al otro lado de la calle y que tiene que decidir entre comprar las medicinas o la comida. No te paras a pensar en la gente que no tiene a nadie a quien felicitar el Año Nuevo, a nadie a quien hacerle una tarta de cumpleaños, a nadie que espere su llamada. No te paras a pensar en los desamparados, en los solitarios, en los marginados.

̶  El sol salió y su luz desafió la oscuridad.

̶  Cuando se llega a los cincuenta años y se está sola, no es normal disfrutar del roce físico de nadie, y la piel anhela una caricia, aunque en el fondo no se sea consciente de esa necesidad.

̶  Pobre Chase. Pobre Peter Pan. Un niño encerrado en el cuerpo de un hombre, un niño que había perdido la imagen que tenía de sí mismo a manos de los estragos del tiempo y de la dejadez, una imagen que no conseguía recuperar de ninguna de las maneras.

̶  El verdadero amor no era posible hasta que me convertí en una persona real. Hasta que el destino o lo que fuera no intervino y me abrió en canal, destrozándome el alma y el corazón. Sólo sumida en ese torbellino de emociones, en mis horas más bajas, descubrí que la gente podía seguir amándome aunque viera mi verdadero yo. Con el lado oscuro incluido.

̶  El fuego siempre me ha fascinado. Es hechizante, hipnótico, un ente vivo. Puedes observarlo toda la noche y no ver jamás una llama igual a otra. Da calor, luz y un montón de recuerdos dulces y nostálgicos al amparo del olor a madera quemada.
¿Es destructivo? Sí. Pero incluso la destrucción crea luz. Incluso la destrucción calienta.


̶  Mi madre hablaba mucho del carácter de las personas –dije-. Me dijo que se podía saber el carácter de alguien por el tipo de amigos que tenía. Y si eso es verdad, yo tengo que ser una persona fantástica.
Se echaron a reír.


̶  Mi madre solía decir que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que mereces o deseas.
Déjalo salir a raudales –decía-. Abre tu corazón y no tengas miedo de que te lo rompan. Los corazones protegidos acaban convertidos en piedra.


̶  ¿Harías las cosas de otra manera si te dieran la oportunidad de empezar de nuevo?
Sopesé la respuesta un instante.
̶  ¿Qué es la vida si no una sucesión de riesgos que debemos tomar?


̶  No es el restaurante, Dell –me corrigió-. Es tu corazón. Esa alma tan grande y luminosa que tienes.
Y entonces me besó.
<<Luminosa.>>  Me hizo pensar en la luna, que flotaba en el cielo nocturno, llena y brillante. Algún día tendría que preguntarle a Boone lo que significaba. Porque es muy listo y seguro que lo sabe.
 Pero, de momento, tengo otras cosas en mente.
 Como devolver un beso.
 
 

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